Esta semana se ha publicado el Informe Anual 2021 del Ministerio de Defensa Nacional de Taiwan, que tras una primera lectura presenta un futuro muy poco optimista en lo que respecta a la defensa de la isla: Mientras que el año pasado el informe aseguraba que China carecía de la capacidad para llevar a cabo una invasión, este año asegura que China sería capaz de anular las defensas de Taiwán mediante una mezcla de ataques electrónicos y ataques mediante misiles de precisión.
Esta evaluación es aún peor cuando se combina con las incursiones en curso de aviones militares chinos en la ADIZ (zona de identificación de defensa aérea) de Taiwán, además de la noticia emitida por Japón de que un buque de guerra chino parece estar desplegado permanentemente en aguas al noreste de Taiwán.
Tras la catastrófica retirada del gobierno de Estados Unidos de Afganistán la semana pasada y el discurso del presidente Joe Biden sugiriendo que la era de la intervención militar exterior norteamericana ha terminado, algunos analistas militares han concluido que el escenario ya está listo para que China tome las riendas de Taiwán.
Sin embargo, Taiwan parece dispuesta a luchar hasta el final, a juzgar por el incremento del 10% en su presupuesto militar para este año respecto del año anterior, y por algunos desarrollos militares que vamos a esbozar a continuación:
- El ejército de Taiwán está aumentando su arsenal de morteros y ametralladoras, está estableciendo un pequeño sistema de defensa con drones para ayudar a proteger objetivos militares críticos, está construyendo cinco nuevas instalaciones de entrenamiento de combate y está programada la llegada de nuevos equipos de los EE. UU., incluidos 40 obuses autopropulsados M109A6 Paladin.
- Seis fragatas de la clase Kang Ding están mejorando sus sistemas de misiles.
- A finales del presente mes de septiembre, se pondrá en servicio una nueva corbeta de la clase Tuo Chiang.
- El próximo mes de noviembre dará comienzo la fabricación del primer submarino desarrollado íntegramente por Taiwán.
Toda esta inversión y gasto comparado con el gigantesco presupuesto del ejército chino resulta claramente incomparable. Sin embargo, hay algunos factores que pueden ayudar a equilibrar la balanza:
Taiwán no contempla derrotar a China ni mucho menos iniciar el ataque: Taiwan solo busca defenderse de una invasión en caso necesario. Su complicada geografía dificulta considerablemente cualquier invasión al estilo tradicional y estos desarrollos, aunque modestos, resultan de gran ayuda para ese objetivo.
A pesar de los interrogantes, el apoyo de Estados Unidos continúa inquebrantable y no parece que Washington esté dispuesto a que se repita esa catástrofe nuevamente: Antes bien, la defensa de Taiwán podría ayudar compensar la amarga derrota en Afganistan como la victoria en Irak ayudó a compensar la amarga derrota en Vietnam.