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sábado, 4 de febrero de 2023

GAMMA-H: ¿Ganas de revancha?



El Pentágono quiere descubrir cómo fabricar misiles hipersónicos de manera más eficiente a través de un nuevo programa de fabricación aditiva denominado GAMMA-H (Growing Additive Manufacturing Maturity for Airbreathing Hypersonics) cuyo objetivo a grandes rasgos no es otro que desarrollar técnicas de impresión 3D que permitan obtener piezas aptas para cumplir los estándares de temperatura y propulsión propios de los misiles hipersónicos.

Este tipo de misiles que está caracterizado por desplazarse a velocidades superiores a Mach 5 (esto es, superiores a 1.700 metros por segundo) representa un doble reto estratégico y tecnológico ya que si por un lado es necesario rediseñar las piezas de una manera tal que el resultado no es posible de fabricarse por métodos convencionales, por otro lado sus principales competidores (China y Rusia) llevan la delantera en esta carrera, lo cual genera ganas de revancha en el Pentágono.

El reto de los puntos de ruptura

Entre los muchos retos que representa desplazar un misil a hipervelocidad, hay tres de ellos para los cuales la manufactura aditiva resulta prácticamente obligatoria: los puntos de ruptura, el flujo del aire, y el calor.

Cada unión entre dos piezas de un conjunto representa siempre un punto de ruptura, que por mucho y muy bien que esté resuelto va a tender por pura física a romperse.

Sin embargo, la manufactura aditiva permite convertir un conjunto de piezas en una sola pieza, ya que no existen limitaciones de diseño a la hora de fabricar, y por tanto se disminuye la cantidad de piezas individuales que forman el misil.

El reto del flujo de aire

Hay una ley física por la cual todos los fluidos se comportan como sólidos en función directa de su velocidad.

Esto supone que en condiciones de hipervelocidad, la atmosfera se comportará más como un sólido que como un fluido, lo cual requiere ser compensado para evitar disminuciones de maniobrabilidad y excesos de temperatura.

Para afrontar con éxito este desafío se hace necesario rediseñar las piezas del misil, y esto supone un verdadero reto porque normalmente el diseño resultante es, o puede ser en muchos casos, imposible de obtener por mecanizado... pero siempre será posible mediante manufactura aditiva.

El reto del calor

El contacto del extremo delantero del misil con la atmósfera, genera siempre un rozamiento que a su vez se convierte en calor. 

En condiciones de hipervelocidad, el calor que se genera en el extremo delantero del misil puede ser tan elevado que se hace necesario pensar en el uso de materiales que aguanten esas temperaturas.

Este reto puede afrontarse con la utilización de materiales cerámicos, lo cual supone a su vez otro reto, y es cómo generar piezas de ciertas geometrías complejas, fabricándolas con cerámica. Ante este reto, existen tambien algunas soluciones basadas en el uso de la manufactura aditiva.

domingo, 20 de junio de 2021

Estados Unidos: La hora de la verdad


Según lo declarado por el subsecretario adjunto de Defensa para defensa nuclear y antimisiles, el Pentágono planea revisar sus capacidades, estrategias y políticas de defensa antimisiles, para contrarrestar la amenaza que para Estados Unidos representa la creciente capacidad militar de ChinaCorea del Norte, Irán y Rusia"La revisión se alineará con la Estrategia de Defensa Nacional y contribuirá al enfoque del departamento para la disuasión integrada", dijo Leonor Tomero durante una comparecencia llevada a cabo el 9 de junio ante el Comité de Servicios Armados del Senado.

Con respecto a los misiles balísticos intercontinentales, la revisión de la defensa antimisiles va a centrarse en garantizar que Estados Unidos tenga una defensa adecuada y asequible, que al mismo tiempo sirva como elemento disuasorio frente a los denominados "estados gamberros"“Esta protección también contribuirá a disminuir el potencial coercitivo de estados que puedan buscar limitar la capacidad de Estados Unidos para brindar garantías de seguridad creíbles a nuestros aliados y socios durante una crisis o conflicto. Nuestras defensas regionales de misiles continuarán contribuyendo a la capacidad de Estados Unidos para operar en todo el mundoLas asociaciones de defensa antimisiles no solo reforzarán la indivisibilidad de los intereses de seguridad conjuntos de Estados Unidos y sus aliados, sino que estas relaciones también brindarán oportunidades para la cooperación, el codesarrollo y el reparto de cargas entre los aliados y socios”.

sábado, 13 de junio de 2020

El error y las consecuencias de creerse invulnerables

En el arte de la guerra del Siglo XXI, algunas ideas estúpidas nunca pasan de moda, por infundadas que sean. Y una de esas estúpidas ideas es creer que Estados Unidos es invulnerable.

Hemos escuchado esa idea una y otra vez durante décadas, a pesar de que China y Rusia han desarrollado misiles hipersónicos capaces de poner de rodillas a Estados Unidos en un primer ataque.

El problema de admitir una premisa equivocada, es que las conclusiones normalmente serán equivocadas. No es por ello de extrañar que los altos mandos del Pentágono estén barajando la posibilidad de reducir el número de portaaviones en servicio, dejando solo diez disponibles en lugar de los doce que la US Navy ha dicho repetidamente que necesita.

¿Por qué la US Navy dice que necesita doce y no menos?

Doce es el número más bajo que permitiría a la US Navy mantener desplegados de 3 a 4 portaaviones en lugares como el Pacífico occidental y el Golfo Pérsico.

¿Qué representaría reducir el número de portaaviones en servicio?

Reducir el número de portaaviones en servicio representaría aumentar el peligro que representa el avance militar de China, que se ha convertido ya en el principal adversario militar de los Estados Unidos en aguas del Pacífico.

¿Saben que esta reducción sería muy peligrosa en el Pacífico?

Los defensores de la reducción del número de portaaviones norteamericanos en servicio no lo saben, o al menos no lo creen, porque parten de la dificultad práctica que supondría rastrear continuamente los movimientos de esos portaaviones en el Pacífico para lanzar un primer ataque y dejarlos fuera de combate: requeriría utilizar sistemas basados en satélites, en un número no inferior a cien, ubicados en una órbita terrestre baja, y comunicados con armas antibuque de largo alcance y un ágil sistema de comando y control.

¿Y China no posee ese tipo de sistemas?

Como afirmé anteriormente, la estupidez de ciertos altos mandos del Pentágono radica en creerse invulnerables: Piensan que ese tipo de sistemas no están ni estarán al alcance de China. Sin embargo, parecen desconocer u olvidar que a ellos les pagan, entre otras cosas, para ser proactivos y adelantarse a la posibilidad de que China acabe desarrollando ese tipo de sistemas. 

¿Y qué pasaría si China lo consigue?

De nuevo, parten de la estúpida idea de su invulnerabilidad a toda costa, confiando en una defensa en capas que incluye el ala aérea del portaaviones, los buques de escolta en red, y las propias defensas a bordo del portaaviones: Sólo utilizando el ala aérea podrían bloquear el radar y las comunicaciones del enemigo, destruir objetivos en el mar o en tierra utilizando armas guiadas, y proporcionar vigilancia aérea a todos los restantes buques.

¿Y si China decide lanzar un primer ataque submarino?

Según ellos, a 35 mph (56 Km/H) los portaaviones estadounidenses pueden escapar de los submarinos y desaparecer en el océano en cuestión de minutos. Y aunque lanzase un ataque, su probabilidad de hundirlo sería cercana a cero: Los torpedos chinos tan solo tendrían un efecto modesto. Pero lo más probable es que el submarino nunca llegase a la posición de disparo habida cuenta de los avanzados equipos anti submarinos con los que generalmente cuentan los grupos de escolta de los portaaviones.

Conclusión

Estados Unidos parece estar durmiéndose en los laureles, o de lo contrario no se entiende cómo puede ser que esté barajando reducir el numero de portaaviones en activo.

Quizá la explicación resida en que se consideran invulnerables, o en que se creen capaces de someter al enemigo sin luchar, o quizá crean que nunca se dará un primer ataque procedente de China o Rusia.

En mi opinión, Estados Unidos no es invulnerable, no es capaz ya de enviar a sus ejércitos a una guerra contra China o Rusia, y está perdiendo terreno frente a sus adversarios, que pueden ponerles de rodillas en un primer ataque.

viernes, 3 de abril de 2020

Veinte mil millones de dólares para contrarrestar a China en el Pacífico


El almirante jefe del comando Indo-Pacífico, Philip Davidson, pretende gastar veinte mil millones de dólares en un ambicioso proyecto concebido para dispersar más tropas y armamento avanzado en todo el Pacífico, desplegar sistemas de defensa antimisiles y crear una red de campos de entrenamiento conjuntos que se extiendan desde California hasta Japón.


La propuesta pretende que la región del Pacífico sea la prioridad número uno del Pentágono, de acuerdo con la Estrategia de Defensa Nacional, que se enfoca a impedir a toda costa la supremacía militar china. Esto es algo que según Davidson se está olvidando a la hora de asignar fondos, ya que la cantidad solicitada constituye tan sólo un 80 por ciento de lo que Washington lleva gastado en la EDI (European Defense Initiativedurante el último lustro.


El proyecto divide el esfuerzo en cinco segmentos, cuyas inversiones conjuntas  equivaldrían a 1.600 millones de dólares en el presupuesto fiscal 2021, y 18.400 millones entre 2022 y 2026. La partida más importante asciende a 5.200 millones para inversiones en sistemas de defensa antimisiles. En definitiva, la idea de Philip Davidson es enviar a China un mensaje muy claro, y es que abandone toda ilusión de contrarrestar la supremacía militar norteamericana en la región del Pacífico.


No obstante y a pesar de todos estos esfuerzos, la situación podría complicarse en esa zona a corto plazo ya que los dos portaaviones asignados están actualmente "fuera de combate": El USS Reagan está siendo reparado en Japón, y el USS Roosevelt permanece en cuarentena detenido en Guam por un serio brote de COVID-19 entre su tripulación. ¿Cómo aprovechará China esta situación? El tiempo lo dirá. Son momentos inciertos, y cualquier error de cálculo podría desembocar en una espiral de violencia incontrolable.