De acuerdo con lo publicado en fechas recientes, Corea del Norte se acerca cada vez más a su objetivo de obtener un misil balístico intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés), cuyo alcance pudiera posibilitar un ataque nuclear en el territorio continental de Estados Unidos.
El 9 de junio, Corea del Norte llevó a cabo su décima prueba con misiles en este 2017. Pero… ¿qué está detrás de la obsesión del país asiático con estos proyectiles? "En primer lugar, es una manera de reforzar su capacidad y lograr una disuasión estratégica contra Estados Unidos. Ser capaz de construir un ICBM, por ejemplo, va a cambiar el equilibrio estratégico, no solo a nivel regional, sino en relación a EEUU", detalla la experta Cristina Varriale, analista de políticas nucleares.
Pese a las constantes sanciones por parte de la comunidad internacional, en particular de las Naciones Unidas a lo largo de varias décadas, Corea del Norte insiste en lanzar y poner a prueba sus misiles. Más aún: pese a que muchas naciones rehúsan hacer negocios con ellos, el país ha logrado exportar materias primas como el mineral de hierro, níquel y minerales de tierras raras a China.
¿Qué opción nos queda entonces para acabar con la obsesión de Kim Jong-un por atacar a Estados Unidos? Muy probablemente, sólo quede la opción de un ataque preventivo que, en mi opinión, se está ganando a pulso. Lo siento por su pueblo, pero se está rifando una bofetada y Corea del Norte tiene todas las papeletas.
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