martes, 10 de febrero de 2015

Corea del Norte: El vecino gamberro


Un lector nos ha planteado la siguiente pregunta:

"Si Corea del Norte decide atacar con misiles balísticos a Corea del Sur, Japón o incluso atacar las bases norteamericanas en el Pacífico, ¿Hay alguna manera de neutralizar los misiles antes de que alcancen su objetivo?"

Y esto es lo que hemos respondido:

Si Corea del Norte decide atacar a sus vecinos lanzando misiles balísticos, existen suficientes medios de interceptar y destruir esos misiles antes de que alcancen sus objetivos. Tanto Corea del Sur como Estados Unidos y Japón cuentan con esos medios y están preparados para utilizarlos llegado el caso, pues ninguna posibilidad puede ser descartada. Naturalmente Corea del Norte lo sabe, y cabe suponer que se lo piense dos veces antes de lanzar un ataque. Sabe igualmente que no puede hacer nada para contrarrestar esos medios defensivos. Más aún, sabe que tal ataque sería considerado como una declaración de guerra y traería funestas consecuencias para Corea del Norte. Por tanto, hoy y ahora cabe descartar que se produzca un ataque por más amenazas que profieran y más movimientos de misiles que efectúen: Perro ladrador, poco mordedor. En cualquier caso, vamos a exponer brevemente qué medios existen para repeler ese tipo de ataques:

Durante la fase de ascenso: el cohete y su ojiva están acoplados y viajan en dirección al espacio. Esta fase tiene lugar dentro de la atmósfera terrestre y es cuando más fácil resulta la interceptación del misil, mediante el simple uso de misiles aire-aire. Ahora bien, esta fase tendría lugar dentro del espacio aereo de Corea del Norte, por lo que existirían pocas posibilidades de alcanzarlo con un misil aire-aire. Existe la posibilidad de interceptarlo con un laser desde un avión, pero igualmente existirían pocas probabilidades de contrarrestar la distancia. Habría que utilizar un Interceptor de Energía Cinética, preferiblemente un PAC-3.

Durante la fase intermedia: la ojiva se ha separado del cohete y se encuentran ambos elementos fuera de la atmósfera. Si se trata de un misil de alcance medio, puede perfectamente ser neutralizado con un SM-3 lanzado desde un buque enlazado al sistema AEGIS. Pero si se trata de un misil de largo alcance, la altura a la que vuelan fuera de la atmósfera es mayor y habría que utilizar interceptores de mayor alcance, lanzados desde tierra (Sistema GMD). Tanto Estados Unidos como Corea del Sur y Japón cuentan con buques enlazados al sistema AEGIS y dotados de suficientes misiles SM-3, por lo que un ataque de Corea del Norte estaría abocado a fracasar. Y en el caso de que utilizasen misiles de largo alcance, Estados Unidos cuenta con suficientes interceptores para neutralizar la amenaza. 

Durante la fase terminal: tenemos una ojiva que viaja dentro de la atmósfera hacia su objetivo. Es durante esta fase cuando mas dificultad existe para neutralizar la amenaza, y para ello se ha creado el sistema denominado Terminal High Altitude Area Defense (THAAD), que cuenta con misiles capaces de impactar y destruir la ojiva durante su descenso.

Si al final no consiguiese neutralizarse la amenaza: Detonar una ojiva nuclear no es tarea fácil, pues requiere contar con sistemas muy complejos y precisos que deben funcionar perfectamente. Y a día de hoy, no existe certeza de que los norcoreanos hayan resuelto esa dificultad. 


David del Fresno

 

Orientación y Asesoría en Manufactura Aditiva


No hay comentarios:

Publicar un comentario