domingo, 19 de enero de 2020

El Pentágono mantiene su apuesta por la Manufactura Aditiva


Los altos mandos del Pentágono quieren dar un uso más amplio a la Manufactura Aditiva para aplicaciones militares, a pesar de los obstáculos regulatorios que le han impedido hasta la fecha ampliar su gama de aplicaciones, y que le han hecho perder terreno frente a otros adversarios que se enfrentan a menos obstáculos regulatorios, tales como Rusia y China.

Actualmente, los avances más importantes en la carrera de armamentos están basados en el desarrollo y fabricación de misiles hipersónicos, area en la que la Manufactura Aditiva resulta imprescindible. El problema es que cuando un país como Estados Unidos consigue avanzar terreno desarrollando nuevas tecnologías o nuevos materiales, el proceso posterior de certificación requiere un tiempo que es aprovechado a su favor por otros países como Rusia o China, convirtiendo los esfuerzos del Pentágono en lo más parecido a intentar subir una escalera mecánica de bajada.

A pesar de todo, los altos mandos del Pentágono siguen apostando por la Manufactura Aditiva y han desarrollado una batería de iniciativas para expandir su utilización, de entre las cuales merece la pena destacar las dos más recientes:

  • El pasado 7 de Diciembre, el Congreso aprobó la inclusión de una partida presupuestaria por valor de 42.5 millones de dólares, en la Ley de Autorización de Defensa Nacional 2020, para financiar proyectos de fabricación avanzada.
  • El pasado 4 de octubre, el secretario del US Army Ryan McCarthy aprobó una directiva que exige al US Army la utilización de piezas impresas en 3D tanto en armas nuevas como en armas ya existentes, al objeto de reducir peso con el fin de que los carros de combate, los vehículos blindados y los helicópteros viajen más lejos o lleven más armas o equipos. 


La Impresión 3D ya ha demostrado su valía tanto en el campo de batalla como en las bases militares y en los laboratorios de fabricación avanzada del Pentágono, donde se emplea para la fabricación digital directa de utillajes, fijaciones de montaje, y piezas de uso final. Pero su aplicación más interesante está relacionada con la reducción de costes de tareas relacionadas con el mantenimiento, donde se estima que acaban 70 céntimos de cada dólar gastado en armas: En palabras del propio Ryan McCarthy, "Las piezas de repuesto son para la industria militar lo que las cuchillas para un fabricante de maquinillas de afeitar. Constantemente estás comprando repuestos. Es un modelo de negocio sencillamente increíble.”

¿Quieren un botón de muestra? Ahí va uno: En 2018, la USAF reveló que reemplazar el asiento del inodoro de un avión de carga, cuyo precio como pieza de repuesto ascendía a 10.000 dólares fabricándose por el método tradicional (si, han leído bien: he escrito diez mil dólares por un asiento de inodoro) se reducía a 300 dólares fabricándose mediante Impresión 3D. No es de extrañar por tanto, que, con esa reducción de costes, el Pentágono mantenga su apuesta por la Impresión 3D.

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