En los últimos días, China ha mostrado su profundo desacuerdo con el próximo despliegue de sistemas de defensa antimisiles THAAD en Corea del Sur.
Esto pone a Corea del Sur en un serio aprieto, pues le va a ser muy difícil mantener al mismo tiempo los lazos económicos con China, y las relaciones militares con Estados Unidos.
Sin embargo, con la aceptación del despliegue del THAAD en su territorio, Corea del Sur ha dejado claro que la política exterior y la cooperación militar con los EE.UU. es más importante que las relaciones normales con Pekín.
Como resultado, ahora Corea del Sur queda entre la espada y la pared, pues tanto China como Rusia consideran el THAAD como un escudo concebido no tanto para detener los misiles de Corea del Norte, como para detener los misiles procedentes de China y Rusia.
En cualquier caso China ya ha anunciado que tomará medidas militares, y se baraja la posibilidad que despliegue sistemas costeros de misiles, complementados con buques de guerra y submarinos armados con misiles de crucero.
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