Numerosos investigadores europeos y estadounidenses vienen prestando cada vez más atención a la posibilidad y conveniencia de que en los próximos años, las nuevas armas nucleares -y la infraestructura construida para operarlas- incluyan mayores niveles de automatización basada en Inteligencia Artificial, siguiendo las pautas marcadas por la cuarta revolución industrial, conocida también como Industria 4.0.
Sin ir más allá en el tiempo, a principios de este mes tres destacados expertos norteamericanos (Michael Horowitz, Paul Scharre y Alexander Velez-Green) han publicado un análisis exhaustivo de cómo la automatización ya está siendo implementada en los sistemas de comando y control nuclear, y del riesgo que supondría traspasar ciertas líneas rojas en el nivel de automatización. El informe señala que los sistemas de armas nucleares ya incluyen algunas funciones automatizadas, que pueden ir desde alertar automáticamente a los operadores de armas nucleares de que se ha lanzado un ataque desde territorio enemigo, hasta, en caso de lanzar un contraataque sin trayectoria de vuelo, reprogramar automáticamente las trayectorias de vuelo y reorientar los misiles para alcanzar sus correspondientes objetivos.
Uno de los puntos clave que desean destacar los autores, reside en el riesgo de confiar excesivamente en la automatización, ya que si dejamos a la Inteligencia Artificial tomar decisiones arriesgadas prescindiendo de la inteligencia y la voluntad humanas, dejamos abierta una amplia ventana de posibilidades para que se desencadene un lanzamiento accidental que desencadene la Tercera Guerra Mundial. El riesgo de que una excesiva automatización desencadene la Tercera Guerra Mundial no es en modo alguno algo que pertenezca únicamente al ámbito de la fantasía, ya que en la medida que los sistemas de mando y control estén gobernados por ordenadores carentes de control humano, en esa medida pueden ser susceptibles de ser intervenidos por el enemigo.
Sin embargo, a pesar de todos estos inconvenientes, los autores del informe creen que podría haber razones para implementar más Inteligencia Artificial y automatización en los sistemas de armas nucleares, ya que los ordenadores podrían procesar más datos y permitir a los funcionarios a cargo de las armas nucleares una mayor conciencia de la situación. Desde luego la seguridad nuclear absoluta no existe, pero los autores creen que, si se usa correctamente, la Inteligencia Artificial aplicada al control del armamento nuclear puede contribuir a aumentar la fiabilidad, reducir el riesgo de accidentes, y hacer ganar más tiempo a quienes deben tomar la decisión final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario