La Manufactura Aditiva (en adelante AM por sus siglas en inglés), frecuentemente denominada como Impresión 3D, permite obtener objetos tridimensionales mediante la adición de capas de materiales a partir de un modelo informático.
Esto contrasta con la manufactura convencional o sustractiva, que permite obtener objetos tridimensionales mediante la sustracción de material, siguiendo -o no, como por ejemplo en el caso de la escultura manual- un modelo informático.
La AM reduce las complejidades de los procesos de producción a programas de software, Impresoras 3D y materiales asociados: metales, termoplásticos, fotopolímeros, y un largo etcétera. Esto ofrece una mayor flexibilidad, reduce el desperdicio en la producción y puede permitir la fabricación de algunos artículos que no es posible obtener mediante la manufactura convencional.
La AM ha avanzado constantemente y, de alguna manera, podría considerarse más una tecnología emergida que emergente. No obstante, hay que tener presente que complementa pero no sustituye a los métodos de fabricación tradicional: A cada producto, su tecnología. Sin embargo, al evaluar los riesgos de proliferación de armas nucleares que pueden venir aparejados a las tecnologías AM, es necesario considerar a quién podría beneficiar esta proliferación, y en qué medida sería posible aplicar la AM para fabricar la bomba y su vehículo de transporte.
Fabricación de una bomba nuclear
En primer lugar, pensemos en organizaciones terroristas.
¿Es posible que la AM les permita obtener de alguna manera un arma nuclear?
La respuesta es NO, o al menos que no es tan simple: Por un lado, algunos materiales esenciales no están disponibles o no son adecuados para la Impresión 3D. Por otro lado, no es posible producir un arma nuclear de principio a fin conectando un ordenador a una Impresora 3D y presionando el botón de inicio.
En el mejor de los casos, tan sólo algunos componentes de las armas podrían imprimirse. Y aún en ese caso, faltaría conseguir el resto de componentes y saber cómo ensamblarlos. Por tanto, el número de organizaciones terroristas con capacidad de sacar beneficio de la aplicación de la AM a la fabricación de armas nucleares quedaría reducida a grupos que cuenten con el necesario conocimiento, experiencia y capacidades para diseñarlas y producirlas de una manera tan eficiente como secreta.
Considerando lo anterior, existe por tanto un riesgo riesgo extremadamente reducido de que organizaciones terroristas puedan utilizar la tecnología AM para conseguir armas nucleares.
En segundo lugar pensemos en "estados gamberros": En este caso, sí que existe un cierto riesgo de que traten de aprovechar las posibilidades inherentes a la manufactura aditiva para el desarrollo de un arma nuclear, pero sólo en la medida que cuenten con los medios humanos y técnicos para su fabricación posterior.
Fabricación de misiles capaces de portar una bomba nuclear
Hemos visto que fabricar una bomba nuclear utilizando manufactura aditiva no es tan fácil como para prestarle un minuto más.
Ahora bien, ¿Y los misiles? Ahí si que existen posibilidades dignas de considerar: La AM ya se usa ampliamente en cadenas de suministro relacionadas con la fabricación de misiles, y existen al respecto diversos casos de éxito publicados por las compañías Orbital ATK, Raytheon y Relativity Space.
En definitiva, es posible fabricar componentes de misiles mediante AM, e incluso me atrevería a afirmar que será imperativo en la medida que el misil deba desplazarse a velocidades hipersónicas, ya que tales velocidades requieren piecerío de geometría compleja, imposibles o muy difíciles de obtener mediante la manufactura convencional.
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