Esta semana, el Pentágono ha publicado su informe anual sobre el poder militar de China. El informe cubre una amplia gama de evaluaciones tecnológicas, tácticas y estratégicas de las capacidades de Pekin, y llega en un momento en que las tensiones están aumentando y en el que las armas nucleares están emergiendo de un segundo plano para ser un tema primordial en la competencia estratégica entre las dos potencias.
Durante mucho tiempo, China ha sido un caso atípico entre los estados con armas nucleares: a pesar de su condición de casi superpotencia, su arsenal se mantenía más cercano en tamaño al de potencias medias como Francia, Gran Bretaña o India que al de Estados Unidos o Rusia. Asimismo, su capacidad de lanzar un ataque dependía en gran medida de misiles balísticos intercontinentales terrestres y una flota muy limitada de submarinos. Nada o casi nada en comparación con las "tríadas" de bombarderos, submarinos y Misiles balísticos intercontinentales en poder de Washington y Moscú.
Todo parece haber cambiado, a tenor de las últimas noticias conocidas:
- La Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación mostró en otoño de 2020 una nueva variante de su bombardero H-6 que llevaba incorporado lo que podría ser un misil capaz de ser armado con una ojiva nuclear.
- La Armada del EPL ha estado desarrollando nuevos misiles lanzados desde submarinos y construyendo más submarinos para transportarlos.
- El ejército de tierra del EPL está construyendo centenares de silos para misiles balísticos intercontinentales y recientemente ha probado un misil hipersónico presumiblemente capaz de esquivar las defensas de misiles y atacar desde ángulos no cubiertos por los radares de alerta temprana. (Ciertamente, esta capacidad ofrece algunas ventajas en ciertos escenarios apocalípticos, pero la realidad subyacente es que China hace ya mucho tiempo que posee la capacidad de golpear con armas nucleares objetivos en Estados Unidos más allá de la costa oeste.)
Por supuesto, los sistemas de entrega no significan mucho si no tienen ojivas, y en ese frente, el nuevo informe del Pentágono sugiere que el EPL aumentará el número de ojivas desplegadas de aproximadamente 350 a quizás mil para el año 2030.
¿De qué sirve el sistema defensivo antimisiles norteamericano?
Nos guste o no, hay que recordar que los misiles nucleares lanzados desde el aire o desde submarinos resultan considerablemente difíciles de neutralizar antes de que puedan ser lanzados, y una vez lanzados la interceptación es casi imposible. Por tanto, el escudo antimisiles de Estados Unidos ofrece una capacidad bastante limitada. Si a esto le añadimos que su eficacia en pruebas controladas no ha resultado todo lo satisfactoria que cabía esperar, y que puede ser burlado mediante el uso de señuelos baratos y simples, la conclusión es que ese escudo podría no estar preparado para defender con eficacia a los Estados Unidos.
¿Qué pretende China con esos desarrollos?
Como han observado los expertos en la materia, el propósito de China podría ser más bien el de consolidar y mantener un elemento de disuasión creíble, como preparación a una futura expansión libre de obstáculos en amplias areas del Pacífico, donde sus intereses económicos puedan entrar en colisión con los intereses de Estados Unidos y sus aliados.
¿Qué posibilidades hay de que estalle un enfrentamiento nuclear?
Desde luego, en la medida que existan y proliferen las armas de destrucción masiva, en esa medida existe el riesgo de usarlas. No obstante, hay que pensar tambien que nadie en su sano juicio querría iniciar una guerra que va a perder. Por tanto, que exista un equilibrio nuclear entre superpotencias es desde luego una buena noticia.
Ahora bien, el ser humano es imprevisible y existe ciertamente la posibilidad de que estalle un conflicto ya sea por accidente, por malentendido, por error de cálculo, por enajenación mental... o por pura ansia de destruir a un pais aun a costa de la propia destrucción.
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