Opositores al régimen del presidente sirio han señalado que no
fueron sus tropas sino fuerzas extranjeras las que han destruído en fechas recientes un arsenal de
misiles rusos antibuque Yakhont almacenados en la base militar de Safira, cerca de la ciudad portuaria de Latakia.
Sobre la transcendencia del ataque merece la pena recordar que los misiles supersónicos Yakhont tienen un alcance de 300 kilómetros, una ojiva explosiva de 250 kilogramos, y se desplazan con una velocidad superior al doble de la velocidad del sonido. (340 m/s x 2 = 680 m/s)
Los insurgentes han puntualizado que la ferocidad del ataque no se corresponde con el poder de fuego y la capacidad de las fuerzas insurgentes, sino mas bien con la potencia de fuego del ejército de Israel. Esta hipótesis ha sido desmentida sin embargo por el ministro de
Defensa de Israel, Moshé Yaalón, quien se ha defendido de las acusaciones de los rebeldes
sirios en los siguientes términos: "Hace mucho tiempo que venimos diciendo que no nos estamos implicando en
la sangrienta guerra civil en Siria. Hemos trazado nuestras líneas rojas y nos
mantenemos en ellas".
Técnicamente en guerra con Siria, Israel ha pasado décadas en un estancamiento estable con Damasco bajo el gobierno de la familia Assad y ha sido reticente a intervenir abiertamente en el conflicto que sacude a Siria.
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